Voy a imaginar el caso de una pareja Raúl y Cristina, con 4 años de casados, sin hijos, donde Raúl se opone a que Cristina visite a su madre y hermanas; le molesta también que la familia extendida de Cristina los visite a ellos en su casa; pelea con su esposa si ella los llama por teléfono y no quiere acompañar a Cristina a las fiestas importantes familiares como navidad y cumpleaños; Raúl no tiene ninguna razón en especial para ello, ya que la familia de Cristina está dentro de los promedios normales de comportamiento.

Estrategias a usar si tu pareja no quiere a tu familia:

  1. Expresar comprensión: Cristina deberá expresar comprensión hacia los sentimientos de su esposo Raúl; es importante dentro de la pareja, validar lo que el otro siente, sus miedos, sus celos, su forma diferente de hacer las cosas, todo lo que sienta debe ser comprendido, escuchado, validado y no atacarlo, porque eso solo empeorará la situación.

Así que Cristina para expresar comprensión a su pareja, puede abrazarlo, escucharlo, mirarlo a los ojos, no atacarlo y validarle lo que siente; ya que la inteligencia emocional es la capacidad de percibir, comprender y gestionar las emociones, en este caso las de su esposo Raúl.

  1. Comunicar las emociones asertivamente: Cristina deberá comunicar a su pareja Raúl, lo importante que es su familia para ella y que desea tener una relación cercana con ellos, personal, telefónicamente y en eventos especiales; es importante no usar lenguaje agresivo, ni tampoco pasivo; sino de forma firme indicar que seguirá adelante con la relación con su familia e invitar a su pareja a formar parte de esa relación, no excluirlo; pero también Cristina no deberá dejarse intimidar por Raúl y abandonar su relación familiar; la comunicación debe mantener un lenguaje siempre asertivo, expresando lo que ella quiere sin agredir a su pareja.
  1. Ir a terapia: cuando la relación se vuelve inmanejable, ir a terapia psicológica siempre es una opción, ya que los psicólogos se preparan muchos años, para acompañar a los pacientes a encontrar la salida a los conflictos diarios de la vida; si finalmente no pueden manejar sus diferencias como pareja, ir a terapia puede salvar su relación.

Para asistir a terapia pueden hacerlo de forma individual y también en forma de pareja, de ambas formas la terapia siempre logrará mejoras en los conflictos de las personas, porque si uno miembro de la pareja cambia a través de la psicoeducación, todo el entorno cambia.

  1. Establecer acuerdos: ni las cosas pueden seguir siendo como quiere Cristina, ni tampoco como quiere Raúl, ahora son una pareja, son dos y es hora de negociar donde Cristina vaya al punto medio, se separe un poco de su familia si su relación es muy cercana y de “apego” y donde Raúl vaya también a un punto medio de “aceptar” que Cristina continuará la relación con su familia; negociar es la clave.

Estos acuerdos deben escribirse en una hoja, de forma que ambos puedan recordarlos, repasarlos y respetarlos.

  1. Encontrar el equilibrio: todos los extremos son malos, tanto una relación demasiada cercana con una familia donde no se ha cortado el cordón umbilical, como una relación de completo desapego donde no hay comunicación en meses; el centro es el camino.

Cristina deberá encontrar ese punto justo, ese centro, que mantenga a salvo su relación familiar, pero que también mantenga a salvo su relación de pareja y para llegar a ese punto siempre hay que ceder y hacer cambios de comportamiento.

  1. Hablar con la pareja: la comunicación lo es todo, Cristina debe abordar el tema con su pareja, revisando las posibles causas de porque está sintiendo esto Raúl, que pueden ser “celos” de la familia de Cristina, puede ser que tiene una personalidad dominante y quiere mantener bajo “control” a Cristina; quizás Raúl no lleva una buena relación con su propia familia y no “comprende” porque Cristina si la tiene; aquí la esposa deberá ahondar en las posibles causas “inconscientes” que Raúl tiene para no querer a su familia y una a una ir trabajándolas entre ellos o en terapia; pero siempre el hablar y negociar es una de las claves para resolver los conflictos.
  1. Hablar con la familia: Cristina deberá comunicar a su familia lo que le está sucediendo con Raúl, para si ellos ven que ella los visita o llama con menos frecuencia, comprendan que no es que ya no los “quiere” sino que también debe ceder un poco, en pro de salvaguardar su relación de pareja y lograr un equilibrio, entre ser esposa y ser hija o hermana.

La familia debe estar enterada, porque así se evitan los malos entendidos y desde el amor su familia comprenderá los cambios que Cristina deberá hacer para lograr un equilibrio entre su relación familiar y su relación de pareja.

 

 

Naturista Judith Jurado 👩‍⚕‍

Psicóloga Judith Jurado 👩‍🎓