Nuestro cuerpo fabrica colesterol malo a partir de la azúcar que comemos, porque la convierte en ácido acético, que es la materia prima principal número uno para fabricar colesterol.

Nuestro cuerpo no está diseñado para lidiar con los excesos continuos de azúcar de la vida moderna. Entonces al comer azúcares refinadas todo el día, este exceso de azúcar dentro de las células, presiona a la mitocondria a convertir esa azúcar en ácidos grasos, que al unirse tres de ellos a una molécula de glicerol, forman los triglicéridos que son depositados como reserva de energía en los ‘gorditos’, lonjas, panzas y como consecuencia nos empezamos a engordar aumentando el riesgo de enfermedad cardiovascular.

La azúcar refinada se convierte en colesterol de mala calidad y nunca proporciona nutrición a nuestras células, por lo tanto el colesterol fabricado es oxidado fácilmente y se pega a las arterias coronarias causándonos arteriosclerosis e infarto.

Las frutas no engordan ni producen diabetes,  debido a que su azúcar llamada fructuosa no viene sola, sino  acompañada de muchos edecanes minerales como cromo, cobre, manganeso, magnesio, zinc, vitamina c y  fibra, que hacen que su absorción intestinal sea  de una manera muy lenta y gradual que no permite que los niveles de azúcar en sangre se eleven tan altos,  a diferencia del azúcar refinada llamada glucosa, que sí produce niveles de azúcar en sangre  altísimos, haciendo que el páncreas corra a producir  un exceso de  insulina,  que acelera el transporte y reparto de azúcar a las células, sobre cargándolas de trabajo, haciéndolas resistentes a la insulina y haciendo  que conviertan rápidamente está azúcar en grasa, terminándonos por engordar y causarnos diabetes.

El exceso de azúcar en sangre, aumenta los subproductos metabólicos de esta como ácido láctico, que inflaman la pared de las arterias y el cuerpo para corregir el daño de la inflamación por comer mucha azúcar, pega colesterol a las paredes arteriales y de esta forma se empiezan a tapar las arterias coronarias.

Se sabe que el azúcar se convierte en grasa, pero la grasa nunca se puede convertir en azúcar. La grasa solamente se puede quemar, a través de la actividad física (ejercicio) y nuestros órganos la queman para producir energía.

¿Después de saber esto, no te apetece comer MENOS azúcar?

Con la intención de una profunda reflexión “somos lo que comemos”

Porque lo natural siempre ha sido mejor… ❤yo AMO❤ lo natural sin efectos químicos en mi cuerpo.

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Naturista Judith Jurado 👩‍⚕️