Quiero empezar explicando qué es la fiebre y porque no debemos tenerle miedo. Nuestro cuerpo tiene una temperatura promedio de 37.6 grados centígrados; estamos tan bien diseñados por Dios que nuestro cuerpo se mantiene en ese punto casi de forma perfecta. Cuando nuestro cuerpo enferma o el de un niño, pesca un virus, una bacteria, un hongo, como por ejemplo meningitis, dengue, escherichia coli, estos agresores son detectados por la policía interna que tenemos para protegernos, nuestro maravilloso sistema de defensas; una vez el sistema de defensas que nos patrulla de la cabeza a los pies, se da cuenta por ejemplo que tenemos un virus, enciende las alarma y su primer defensa es AUMENTAR la temperatura del cuerpo o sea nos da fiebre; ¿pero por qué? Pues porque los virus y las bacterias se MUEREN cuando la temperatura aumenta, literalmente se queman; por lo cual la fiebre es un aliado, te está ayudando a combatir la enfermedad; se estima que por cada medio grado que sube nuestra temperatura, nuestro sistema de defensas se potencia siete veces.

La fiebre segura sería estar calenturiento entre 37.6 a 38.5 grados, tener ese nivel de fiebre es una BENDICIÓN, significa que nuestro sistema de defensas está peleando la batalla.

Cuando se convierte en un problema la fiebre en un niño, es cuando sube entre 38.5 y 40 grados; porque en ese punto puede haber convulsiones y daños en el cerebro.

Como mamás qué debemos hacer:

  1. Toda madre de un infante debe tener un termómetro en casa y aprender a tomar la temperatura de su hijo; es super fácil y sencillo y hay termómetros que te dan el nivel de fiebre con números como un reloj; se puede tomar rectal, debajo de la axila o debajo de la lengua; así que todas lo podemos hacer.
  2. Toda madre de un infante debe tener en su refrigerador una suspensión antifiebre de acetaminofén o ibuprofeno y una cajeta de supositorios para fiebre, por si el niño tiene vómitos y no puede usar la medicina líquida.
  3. Se toma la temperatura del niño cada 3 horas, si se mantiene entre 37.6 a 38.5 grados, está en un nivel seguro y es una BENDICIÓN como explicamos arriba; observe a su niño y dele líquidos para que no se deshidrate; es normal que no quiera comer, pero ofrézcale sopa, jugo o líquidos.
  4. Si la fiebre empieza a subir a niveles no seguros arriba de 38.5 grados, es el momento de darle la medicina oral o supositorio antifiebre y luego seguidamente se acuesta al niño en una cama; colocas un platón plástico con agua a temperatura ambiente y sumerges tres toallas en el agua, las tuerces y colocas una toalla mojada alrededor de los pies, una toalla mojada alrededor de la cabeza y una toalla mojada sobre la panza del niño; esto será suficiente para regresar la fiebre a niveles seguros. No es recomendable “bañar” al niño bajo la regadera, pues si tiene fiebre y le cae agua fría en todo el cuerpo, puede empeorar dándole tos, ya que es un choque térmico muy fuerte; con las toallas es suficiente, pues los pies, la cabeza y la panza son los centros de temperatura del cuerpo; tengo 3 hijos y lo practique muchas veces.

La idea de este post es que comprendas que la fiebre no es un enemigo de tu hijo; es un aliado, es una respuesta de nuestro sistema de defensas ante un virus o bacteria que es detectado en nuestro cuerpo y elevando la temperatura lo mata y lo vence; cuando estamos enfermos es una bendición tener fiebre siempre y cuando se mantenga en limites seguros. Te mando un abrazo de mamá a mamá.

 

Si quieres saber más sobre cómo manejar la fiebre de tu niño, aquí te dejo el link de un postcast en nuestro canal de youtube https://youtu.be/ZYnC6hVMCVo.

 

Judith Jurado Naturista